Este proyecto efímero (Invierno 2012) pero intenso en actividad tuvo lugar en un antiguo quincho (cobertizo) de una acogedora casa reconvertida en un espacio de encuentro e intercambio creativo, en una antigua y emblemática villa de Carabineros en la ciudad de Valdivia, Chile. Durante varios días, Quincholab se convirtió en un hervidero de actividades que dialogaron con las nociones preconcebidas sobre el sonido, el registro, el escuchar Valdivia y su papel en ese tiempo - espacio.
A través de instrumentos modificados, salidas a terreno y conversaciones, con mi amigo Julio Lamilla Ou Lij exploramos cómo el sonido permea nuestro entorno cotidiano y cómo puede ser utilizado como una herramienta que cuestiona las estructuras de lo que se escucha en una ciudad.
Quincholab reflexionó acerca de la ecología acústica, las políticas del ruido, la contaminación sonora y el derecho al silencio.
Este laboratorio efímero demostró que el sonido no es simplemente una experiencia pasiva, sino un medio poderoso para explorar las complejidades de nuestro mundo.